Imaginemos un personaje, imaginemos a un niño. Corre por las calles de una ciudad mientras juega a ser el rey del mundo, de su propio mundo, como el principito. Este niño cree que el mundo es muy pequeño para él, que puede ser presidente, científico, profesor o rock star, lo que desee. Tiene una madre afectuosa, tiene una tía que lo quiere mucho y también tiene ocho años, los mejores ocho años que pudo haber deseado. Ahora imaginemos que su tía, que podremos llamar Mary, le regala un tambor y algunos discos de los Beatles. Entonces nuestro personaje ahora se pasea por las calles de su barrio, que pertenecen a una ciudad que se puede llamar Aberdeen, cantando las canciones que aprendió de los Beatles mientras percute su tambor, mientras sus padres se separan. “Corne on the cops, corne on the cops. Los policías van a llegar y te van a matar”, le grita nuestro chico a las patrullas de policía cuando pasan cerca de su casa. Nuestro personaje no solo tiene una tía llamada Mary, no solo recorre las calles de una ciudad que puede llamarse Aberdeen, no solo lanza latas de 7 Up a los autos cuando pasan, no solo tiene un tambor sino que ahora también tiene unos padres divorciados. No solo acaba de cumplir ocho años sino que también tiene un nombre que arrastrar. Corrían las primeros años de la década de los 70’s y K, como llamaremos a nuestro personaje, se muda a vivir con su padre durante un año. Un año para sentirse mal, un año para desarrollar su maniaca depresión, un año para descubrir que no le importa a su padre, que el mundo es un lugar tan lleno de preguntas, que sería mejor ser de otro planeta. La era post Beatles apenas empieza y John Lennon aún vive para empuñar las banderas de la paz mundial y nutopia, mientras Nixon alista maletas para salir por la parte trasera de la historia, la guerra de Vietnam está terminando y Queen escala los primeros lugares de las listas especializadas de Gran Bretaña. Lo que el mundo no sabe es que mientras todo esto acurre alguien en las tinieblas ya sabe que va a llegar lejos. Mas sin embargo, lo que este alguien no sabe es que tan lejos va a llegar ¿Cuán lejos puede llegar un niño que impotente observa cómo se desmorona su familia y la de sus amigos? ‘¿What is fucking happen?’. Pero allí está nuestro personaje que avanza al lado del dolor; una espalda deforme, un estomago que se hincha de dolor y una familia ausente que duele. Dolores que lo lanzan a tragarse el mundo. Más sabe que no lo hará de la forma tradicional, no, sin carreras, sin grandes meritos, sin becas. Nuestro personaje quiere una vida diferente, ser un Punk Rocker, K quiere tener una banda aunque esto le cueste la vida. Así es como K huye para enfrentarse con el mundo que no entiende, con el mundo que odia. Ahora K es un adolescente y viaja a un lugar que llamaremos Montesano, conoce el punk rock y a un tal Krist quien después de mucha insistencia acepta formar una banda con K. Por otra parte, nuestro personaje es feliz porque vive una vida de soltero a su estilo, porque es independiente y sobre todo porque tiene una banda, porque quiere dar su propia versión de los hechos, su propia versión del rock. Mas sin embargo… ¿ por qué no darle un pequeño romance?, sí, conoce a alguien que llamaremos Caroline, no, más bien Traicy. Se mudan juntos a un lugar llamado Olympia para darse cuenta con el tiempo de que son muy diferentes, de que deben tomar rumbos diferentes. Entonces K y su amigo Krist viajan a un destino titulado Seattle, su primera canción ya suena en la radio y también viven de lo poco que pagan por sus presentaciones. Pronto amanecen los 90’s y la banda de K firma un contrato con los mercachifles del sonido, los grandes sellos discográficos. El estomago de K está a punto de estallar y entonces este es el punto en que nuestro personaje decide matar su dolor y de paso acabar consigo mismo. Le grita al micrófono con fuerza para ahogar el odio y apaga su dolor con heroína. Luego conoce a alguien que llamaremos Courtney, con quien tiene una hija. De repente todo se vuelve turbio, vertiginoso. Su banda alcanza grandes niveles de popularidad pero empiezan los tropeles dentro del grupo y el descontrol por no tener idea de cómo pilotear un avión en caída. Más bien refugiarse en casa, concluye K y sentencia: ‘El momento mas excitante para una banda es justo antes de ser famosa, antes de que explote’.
Imaginemos entonces que años después alguien decide hacer un documental acerca de nuestro personaje y entonces recorta 23 horas de entrevista en audio y le monta unas excelentes imágenes de las ciudades que nuestro personaje habitó, mientras suena de fondo lo que puede ser la banda sonora de la vida de K.
Si bien les pedí que imagináramos a un personaje, un niño de ocho años, este personaje tiene nombre, se llama Kurt Cobain y odiaba eso, sentirse personaje y no persona, ser el objeto de la prensa y los medios (“son los seres más despreciables sobre la faz de la tierra. Los periodistas. La gente más amarga que he conocido “decía) ser público, como un baño, cualquier cosa con la que se puede hacer lo que se desee sin importar si siente o no, si vive o no, si tiene nombre, familia, sueños, esposa o una hija que ama -¿Les pareció abrupto el final?…desearía que no hubiera terminado así. Inspirado en el documental titulado Kurt Cobain about a son del director AJ Schnack.
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