JUDITH VIZCARRA
Internet es el mejor camino para que se encuentren gentes de procedencias
artísticas distintas. Es un verdadero mapa de las emociones humanas, aunque no
tiene sentido reducir sus logros a un puñado de privilegiados.
Es muy
posible que un artista de una generación no entienda a la de otra. Aunque no
siempre es así. La actualidad artística que se ve en Internet no es lo más
joven, es un lugar de cita natural en el que interviene creadores muy diversos,
desde alguien con 80 años hasta un espontáneo que está despuntando. Esta
actualidad curiosa del arte en la red es muy desigual, pero cuanto más diversa
se plantee, no tardan en aparecer elementos claros homogeneizadores. Eso si,
seguro que hay espontáneos descerebrados que creen haber descubierto el mundo,
mientras otros respetan el trabajo de los locos canallas. Es lo que me gusta de
Internet.
Para la fotógrafa Judith Vizcarra hacer su arte significa
poder escapar de si misma, y esto la mantiene sana. Aunque la fantasía
fotográfica forma parte de su vida, y más aun de la vida de una artista como es
ella, no quiere ni puede eludir la realidad.
El lenguaje de la imagen
en Judith es una parte limitada de su experiencia humana, y ésta no puede ser
dicha con la palabra. Es más: lo más importante de su vida es precisamente lo
que expresa con su cámara, en donde lo más notable es la preponderancia de los
tonos luminosos y la ausencia de objetos encontrados.
En las obras
fotográficas de Judith Vizcarra, aparece patente su amor por la belleza, fruto
de sus íntimas convicciones, una mezcla de inspiración neoplatónica y de
modernidad, donde la sensibilidad espiritual se afirma en una bellísima
concepción estética.
Judith, dota de humanidad a la belleza de la fotografía
erótica, de sus retratos y el desnudo masculino. Lo hace fijándose en el
individuo, en la persona y sus más íntimos gestos cotidianos, comprendiendo que
a través de ellos, la vida resplandece de verdad.
Por: Eduardo Arboleda Ballén
artísticas distintas. Es un verdadero mapa de las emociones humanas, aunque no
tiene sentido reducir sus logros a un puñado de privilegiados.
Es muy
posible que un artista de una generación no entienda a la de otra. Aunque no
siempre es así. La actualidad artística que se ve en Internet no es lo más
joven, es un lugar de cita natural en el que interviene creadores muy diversos,
desde alguien con 80 años hasta un espontáneo que está despuntando. Esta
actualidad curiosa del arte en la red es muy desigual, pero cuanto más diversa
se plantee, no tardan en aparecer elementos claros homogeneizadores. Eso si,
seguro que hay espontáneos descerebrados que creen haber descubierto el mundo,
mientras otros respetan el trabajo de los locos canallas. Es lo que me gusta de
Internet.
Para la fotógrafa Judith Vizcarra hacer su arte significa
poder escapar de si misma, y esto la mantiene sana. Aunque la fantasía
fotográfica forma parte de su vida, y más aun de la vida de una artista como es
ella, no quiere ni puede eludir la realidad.
El lenguaje de la imagen
en Judith es una parte limitada de su experiencia humana, y ésta no puede ser
dicha con la palabra. Es más: lo más importante de su vida es precisamente lo
que expresa con su cámara, en donde lo más notable es la preponderancia de los
tonos luminosos y la ausencia de objetos encontrados.
En las obras
fotográficas de Judith Vizcarra, aparece patente su amor por la belleza, fruto
de sus íntimas convicciones, una mezcla de inspiración neoplatónica y de
modernidad, donde la sensibilidad espiritual se afirma en una bellísima
concepción estética.
Judith, dota de humanidad a la belleza de la fotografía
erótica, de sus retratos y el desnudo masculino. Lo hace fijándose en el
individuo, en la persona y sus más íntimos gestos cotidianos, comprendiendo que
a través de ellos, la vida resplandece de verdad.
Por: Eduardo Arboleda Ballén
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